lunes, 5 de marzo de 2007

Cuando no hay más que decir.

Mirando el mundo, entre el tedio y la decepción hay momentos en la vida, en los que no hay más que decir. Y es que, a veces uno se siente como Freman, enclaustrado en una habitación en la que todavía se resiste por la libertad, rodeado de unos cuantos amigos, deseando una verdadera rebelión.

Y otras, lees las noticias, y te preguntas ¿como hemos llegado a esto?. Los españoles somos de una casta extraña, tan pronto nos cargamos a Viriato, como nos alzamos un 2 de mayo cualquira en contra de la invasión francesa. Tan pronto somos un imperio, como los amigos tercermundistas de Castro, tan pronto tenemos los Reyes católicos como unos Borbones que no saben ser reyes.

Así pues, uno puede enorgullecerse de su pasado, o rebelarse contra él. Aunque yo prefiero una tercera opción, que se trata de entenderlo y asumirlo en lo posible. Para intentar defender, una España que comete y ha cometido errores, pero que si luchase por su identidad sería una gran Nación, con un corazón de oro.

Hoy sólo veo podredumbre, una gran parte de la sociedad defendiendo lo indefendible, justificando lo injustificable, protegiendo lo miserable a golpe de "Y tú...". Y poco importa, que Simancas para las eleccionas, proponga en su programa cosas ya hechas, aprobadas o comenzadas por el PP, y poco importa que un viceministro de treinta y pocos años, haga esperar desde las 21 horas hasta las 22:30 horas a un hombre de 60 años General del ejército, porque le sale del pepino.

Cuando ya nos hemos perdido el respeto a nosotros mismos, cuando el estado se rinde al delincuente y la ley no busca la justicia, cuando finalmente, el pueblo reniega de su condición de "poderoso" en una democracia y se pliega a los caprichos de los politicastros de turno. Es entonces cuando no queda más que decir, cuando nos hemos tirado al váter y hemos tirado de la cadena....Es entonces...cuando mi espíritu Español, surge...cuando mientras una parte de mi cae en el desánimo la otra se pregunta "¿¿Pero que coño??" , y grita, "¡¡hay que hacer algo!!", y es un gesto inofensivo, espontáneo, bonito:

Ciudadanos anónimos depositan flores en una plaza de Madrid por las víctimas de De Juana

pero que habla de una gran nación, de una gran gente, una gente que no merece un gobierno que les mienta, ni un gobierno traidor, ni un gobierno rendido a los delincuentes, una gente que:

No merece un gobierno como el de ZP