martes, 13 de marzo de 2007

Hablar con Dios, vergüenzas y desvergüenzas de un cristiano

Ayer por la tarde, escuchaba con atención el programa "La Tarde" de Cristina López Schlichting. Lo hacía, porque la conocida locutora, había llevado al programa a dos víctimas del 11m, en recuerdo a los trágicos sucesos que tuvieron lugar por estas fechas, hace ya la friolera de tres años, (y parece que fue ayer).

Uno de ellos nos contaba a través de las ondas, cómo había perdido a su hijo y como lo había vivido. Y la otra, nos contaba como había perdido a su marido, y como se había quedado sola. Ambos nos contaban como a base de fuerza y superación, habían tratado de rehacer sus vidas.

Lo que más me impactó, fue que el hombre no dejaba de mencionar la religión y en concreto a Dios. El Ecumenismo, y la religión era lo que más le daba fuerzas. Contaba, que cuando le fueron a dar la noticia, también le dieron un calmante, que el aceptó, pero que no tomó (y que todavía conservaba) porque el mayor calmante de todos, era su fe.

Antes de explicar, o de terminar este artículo, diré que me sentía más cómodo cuando hablaba la mujer. Que hablaba de un sufrimiento personal, y no mencionaba tantas veces a Dios.

Hablar de Dios no es algo malo, a no ser que se "hable en vano". Pero he querido analizar con profundidad, el por qué, me chocaba que él lo refiriera todo a la religión. Sinceramente me he preguntado, si en cierto modo no debería ser como él.

Lo cierto, es que no tengo respuesta aún. Pero tengo algo bastante claro, yo hablo con Dios, quizá no lo hago tan a menudo como debiera, ni por los cauces que debiera. Pero hablo con Él, Le tengo en cuenta, y sé que está presente en mi vida. No veo razones para hacer "alarde" de algo tan simple, pero tampoco veo razones para no "celebrarlo", o para "ocultarlo".



Él forma parte de mi vida, y cuando ayer oía a alguien diciendo burlonamente " ¿Y si rezo a Dios, me lo concederá? ", me dieron unas ganas locas de responder : "No lo sé, pero seguro que te escuchará". No era mi conversación, ni nadie conocido, así que me callé. Pero yo si creo que Dios ha hecho cosas por mí, y he aceptado casi siempre, mejor lo bueno, que lo malo.

Soy un ser humano, egoista, falible...no presumo de ser quien soy, pero me doy cuenta, de que es posible que por alguna razón, una parte de mi se avergüenza de ser lo que soy. O al menos, al ver que otros alardean de serlo.

De momento, y mientras analizo con voz crítica, lo que soy. Prefiero sentir mi religión, lo más cercana a mi que pueda, hablar con Dios, como quien le habla a un amigo, sintiendo el calor en el corazón, consciente de que no todo el mundo lo siente, ni quiere, ni tiene porqué, o simplemente siente uno distinto a como lo siento yo. Así pues, seguiré hablando con Él, y pensarán que estoy loco, y me mirarán de soslayo y además, probablemente Dios no me conceda todo, quizás apenas me diga algo. Pero SÉ que me escucha y eso me basta.