Hanukkah, la fiesta, la palabra, la celebración...
Hanukkah, la fiesta, es la fiesta de las luces. Hanukkah, la palabra, es la palabra que expresa dedicación. Y Hanukkah, la celebración, habla de un milagro ocurrido en el Templo.
Pero no hay dedicación sin motivo, no hay celebración sin triunfo, ni culto en un Lugar Sagrado si ese lugar ha sido robado. Por eso Hannukah tiene tras de sí una historia de opresores y rebeldes, de hermanos y enemigos en el mundo de siempre, pero esta vez hace muchos años, cuando Eretz HaKodesh era codiciada por tantas ambiciones como entonces y como ahora.
Tampoco había conquista sin Alejandro el Magno de por medio, que un mal día llegó con sus ejércitos a la Tierra Sagrada para invadirla, para regirla, para quedarse, y para gobernar la región con sumo interés por crear una gran cultura que abrazara los elementos griegos, pero también las ideas del Oriente, fundido todo ello en un conjunto llamado Hellenismo, que pronto o tarde se hizo presente en los libros, en las colinas y en las cuadras urbanas de Judea. Los judíos que aceptaron como compatibles las bases helenistas con las reglas de la Torah escrita, aprendieron la lengua griega y tradujeron Los Libros, eran los Saduceos. Otros hebreos, los que consideraron que el Helenismo venía a contaminar el puro Judaísmo y lo creían superficial e incompatible con la Ley; eran los seguidores , rabinos y sacerdotes Fariseos.
Pero Alejandro muere y deja a otros todo este lío multicultural para que aún lo empeorasen cuando el Imperio se divide. Es entonces cuando Israel cae en manos de los Seleucidas que, hasta que volvieron a caer ellos mismos en manos Pompeyo, no tuvieron muy buen talante. No tuvieron nada, a decir verdad. Prohibieron el Judaísmo - con o sin Helenismo- y con él las circuncisiones, el Shabbat y la observancia de la Torah frente un castigo tan apetecible como la muerte. Y bajo esas amenazas ya podía el cruel y asesino Antíoco IV Epífanes poner en el Templo nada menos que al dios Zeus para rendirle culto, y no sólo eso, también podía pasárselo en grande obligando a todos los judíos a arrodillarse y sacrificar al primero que pasase ante el jefe del Olympo.
Mattiyahu, un hasmoneo orgulloso de sus raíces recibió junto a un hellenista, el mandato de ofrecer a Zeus un sacrificio, oferta que rechazó airado. Pero Mattiyahu ya era viejo cuando la rebelión. Porque rebelión, la hubo, al final. El anciano ayudado por sus cinco hijos conocidos como Los Macabeos - "hombres fuertes como martillos"- y por todos los que se les unieron, inició una dura revuelta para reconquistar el Templo profanado, una revolución que acabó triunfando un día veinticinco de Kislev del año 167 a.e.c.
Después de la victoria sobre la oscuridad, la luz no podía extinguirse. Para ello un emisario fue enviado al Monte Ephraim a recolectar el aceite que mantendría la luz de la Merorah, muy débil en ese momento y a punto de apagarse. Pero tres días de ida, tres de vuelta y uno para prensar el jugo del olivo eran mucho tiempo, y el poco aceite de que disponían no duraría ni unos minutos en el Lugar Sagrado. Sin embargo y con el aceite agotado, la Menorah brilló con una luz intensa durante los ocho días hasta el retorno del mensajero.
El milagro la luz se cuenta en el Talmud como una señal de alegría y un signo de que Ds había celebrado así la recuperación del Templo, por lo que el Pueblo celebra su milagro y esa misma alegría desde entonces. A partir del año siguiente, se recuerda por siempre la redención y la dedicación, y se festeja el milagro de las luces en el Templo de Salomón.
Por Cruzcampo







Lamento también que haya sido en estas circunstancias, puesto que ahora, son centro y foco de todos
En tercer lugar, mencionar el nombramiento como nuevo Ministro de Justicia, del inefable Mariano Fernández Bermejo, este
Y lo cierto, es que dice la verdad. Sé que lo dice con ironía, sé que intenta decir lo contrario, de lo que escribe. Pero eso, no le quita la razón a las palabras...No se puede comparar, porque no se puede comparar una rata con un caballo de batalla...no se puede comparar a quien se revuelca con la mierda a diario, con quien lucha por las libertades a diario. Que razón tienes, Buenafuente, y al reconocerlo, haces mejores unos premios en los que casi nadie creía. Gracias Buenafuente, porque:




Y ahí estaba yo, en medio de la "raqueta" de colón, cerca de una fuente que se empeñaba en refrescarnos con ayuda del viento, a pesar de que no hiciera ninguna falta el "refresco". El caso es que pasaba el tiempo y, aunque estaba en muy buena compañía, el caso es que cada vez estábamos más apretados y nos movíamos menos.
Así que junto con mis acompañantes, decidí tener "menos" paciencia, y empezar a "adelantar" a la gente, porque si no, ni iba a ver la cabecera, ni a oir los manifiestos. Habían pasado casi dos horas, desde el comienzo de la manifestación y sólo me llevo unos 15 minutos alcanzar la posición en la que estaba Aznar y poco detrás de él, una cabecera, con Mayor Oreja, Rajoy, ("Presidente, Presidente, Presidente"), Esperanza ("¡¡¡Esperanza!!!, ¡¡¡Esperanza Presidenta!!!"), Fraga ("Con ochenta años y ¡¡ahí está!! ¡¡¡mírale!!!), Álvarez del Manzano, Astarloa y muchos más...
La gente de la organización, rogaba a la gente que se moviera, porque la cabecera no avanzaba, pasaba el tiempo y no avanzaba. Les entrevistaban, les saludaban, les abrazaban...¡¡¡pero no avanzaban!!!. Y es que todo era inútil, las calles estaban tomadas, no cabía un alfiler...por mucho que empujaran, no había dónde avanzar. Así pues, llegados a cibeles, hicieron un pasillo especial, para ayudar a llegar a la Puerta de Alcalá a aquellos que tenían que leer los manifiestos y para sacarlos del "atolladero" o del "embotellamiento" de personas (es que eso parecía la m-30 en hora punta).
Creo que después de escuchar las tropelías que en nombre del "talante", la "paz", y el "diálogo" se están haciendo, lo menos que se merecía el gobierno, era que la gente le gritara "Zapatero Dimisión" y lo hiciera con tal fuerza, que hasta vibrara el suelo y el entorno. Ya lo dijo Buesa, el terrorismo busca fines políticos, y por lo tanto, la manifestación debe ser política, porque la política antiterrorista, no es más ni menos, que política.
Poco importan las cifras ahora, lo que se reivindicó, eso era lo importante. Lo que vivimos todas las personas ese 3 de Febrero, es algo inolvidable...se lo digo en serio:
